En casa tenía un pedacito de pared que siempre era como que le faltaba algo. Compré una simple maceta de barro, le pegué flores, catitas y hojas de yeso (que yo misma hice de un molde), lo pinté y lo llené de arena. Busqué en la calle una linda rama de árbol seco, le pegué unas hojas de plástico que pinté, unos pajaritos y listo. Quedó un lindo arreglo que todos preguntan donde lo compré.
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